lunes, 19 de mayo de 2014

Rafael Navarro publica sus investigaciones sobre Marte en la revista Science

El pasado 9 de diciembre de 2013 se publicaron en la revista Science dos artículos de Rafael Navarro González, Investigador del ICN, que presentan los resultados encontrados por la misión Curiosity al analizar varias rocas que recogió y analizó en Marte. Science es una de las revistas científicas arbitradas más importantes del mundo, que se encarga de publicar descubrimientos científicos de punta, además de discutir temas asociados con la ciencia y la tecnología. Para los miembros de la comunidad científica, publicar su trabajo en Science es un reconocimiento muy importante. 


La publicación de este número de la revista Science coincidió con el décimo aniversario de la llegada del vehículo robot Opportunity a Marte.


Publicaciones en Science: Curiosity analiza las rocas marcianas

La edad de las rocas marcianas

Aunque los científicos han determinado la edad de las rocas de varios cuerpos planetarios -por ejemplo rocas lunares y meteoritos- los experimentos para hacerlo siempre se habían llevado a cabo en la Tierra. Por primera vez en la historia, un experimento de este tipo se llevó a cabo fuera de nuestro planeta, con el objetivo de determinar la edad de una roca que el robot Curiosity encontró en la superficie de Marte, dentro del cráter Gale. En el artículo "In Situ Radiometric and Exposure Age Dating of the Martian Surface", que se publicó en la revista Science y del que Rafael Navarro es coautor, se discuten los últimos descubrimientos en el tema. En marzo de 2013, Curiosity taladró varios agujeros en el cráter Gale y recolectó polvo para realizar varios análisis geoquímicos, que incluían determinar la edad de las rocas. Navarro y sus colaboradores usaron la técnica de datación potasio-argón, que mide las cantidades de gas argón atrapado en las rocas. La idea básica es que las rocas contienen potasio radiactivo que, después de un tiempo, decae en argón estable. Como este decaimiento sucede a un ritmo conocido, los científicos pueden saber la edad de las rocas cuando saben la cantidad de argón que hay en ellas. Este método nunca había sido usado fuera de la Tierra, pues se necesitan instrumentos sofisticados para realizar las pruebas, que las misiones anteriores no llevaban. Con este método, los científicos calcularon que la roca tenía una edad aproximada de 4.21 mil millones de años.

Las rocas sedimentarias de la Bahía Yellowknife
Después de su amartizaje, Curiosity se desplazó hacia una pequeña depresión llamada la Bahía Yellowknife. Esta área resulta muy interesante para los investigadores, ya que es posible que tenga depósitos de un lago antiguo. Un grupo de investigadores, en el que participó el Dr. Rafael Navarro, estudió detalladamente las primeras muestras de estas rocas sedimentarias que encontró Curiosity y publicó un artículo llamado "Volatile and Organic Compositions of Sedimentary Rocks in Yellowknife Bay, Gale Crater, Mars". En la zona que investigó Curiosity se encontraron algunas rocas sedimentarias con grandos finos, lo que indicó que alguna vez estuvieron depositadas al fondo de un río en el cráter Gale. El río pudo haber tenido condiciones adecuadas para albergar vida en su superficie.
 
Sobre la misión Curiosity
Curiosity, cuyo nombre oficial es Mars Sience Laboratory (MSL), es un vehículo robot casi cinco veces más pesado que sus predecesores, llamados Spirit y Opportunity, lanzados en 2003. En su interior lleva un laboratorio móvil que le permitirá hacer pruebas en distintos puntos de la superficie de Marte para determinar si el ambiente del planeta fue o es propicio para albergar vida microbiana.

El robot, que tiene un tamaño similar al de una camioneta explorer, amartizó en el cráter Gale, cerca del monte Sharp, el 6 de agosto de 2012. Cuenta con dispositivos que le permiten identificar los minerales presentes en la superficie marciana, además de tomar fotografías y video de alta definición, así como localizar sitios adecuados para obtener muestras. Éstas se consiguen taladrando el terreno para estudiar capas más profundas de la superficie, que aquéllas examinadas en misiones anteriores. También se obtienen muestras con una pala. El robot es capaz de pasar sobre obstáculos de hasta 65 centímetros de altura y de recorrer un máximo de 200 metros al día en el terreno marciano, mientras obtiene su energía de un isótopo radioactivo. Al no depender de la energía solar, no detendrá sus actividades durante la noche.

Sobre los objetivos de la misión, Navarro comentó: “para determinar si hubo, hay, o si es posible que en un futuro haya vida en Marte, es necesario saber si existe materia orgánica en su superficie, y si es así, se debe determinar si es de origen biológico o abiótico… Ésta es la misión del Curiosity”.



El experimento SAM
Para analizar las muestras recolectadas en busca de materia orgánica, hay un conjunto de instrumentos dentro del robot llamado “Análisis de Muestras en Marte” (SAM, por sus siglas en inglés). Incluye un cromatógrafo de gases y un espectrómetro de masas.

Las misiones Vikingo I y Vikingo II, lanzadas en 1976, ya habían buscado materia orgánica en Marte, sin éxito. Navarro comentó al respecto: “Mi equipo de trabajo y yo descubrimos lo que impidió que se detectara materia orgánica en las misiones anteriores… Nuestra colaboración hizo que se modificara el diseño de SAM para evitar caer en las mismas fallas”. Navarro participa como investigador y asesor científico del proyecto, y es el único mexicano que es parte del equipo de investigadores de SAM.